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Agustín Tejada

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Agustín Tejada


PRESENTÓ “EL INDIANO

DE TURRUNCÚN”

Agustín Tejada ha publicado “El indiano de Turruncún”, novela en la que se entremezclan historias de amor, venganza y muerte en La Rioja de la Segunda República. Una obra, que según indica su propio autor, “es la más ambiciosa, compleja y difícil que he abordado de las cuatro que he escrito. Lo cual no quiera decir que sea difícil de leer”.
– ¿Cuál es el argumento de ‘El indiano de Turruncún’?
– “La novela nos cuenta el último año de vida de don Melitón Miñambres, llamado “El indiano de Turrucún”, un señor adinerado que recala en la comarca de Arnedo después de 40 años en Cuba. Misteriosamente nadie lo conoce. La gente lo recibe con un gran estupor y el cacique del lugar co un gran recelo.
¿Por qué? Porque estamos en una época de caciques. Sorprende que llegue un señor tan poderoso y rico como el cacique, pero que a la gente que contrata les paga el doble que él, les hace unos contratos por escribo, respeta sus derechos sociales, incluso vacaciones pagadas. Ese tipo de cosas no se estilaban en aquella época”.
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– Es una novela en la que también hay asesinatos, de intriga…
– “Sí, la ambientación es la Segunda República, pero la trama es de misterio, de crimen… La horca de la portada lo dice todo. La trama es una cosa muy interesante, pero aunque sea buena, si no tiene unos grandes personajes en los que asentarla, es menos trama. Entonces, también hay que hablar de los personajes de la novela”.
– El lector ya se lleva el primer sobresalto cuando nada más empezar la novela aparece un cadáver.
– “El tonto del pueblo aparece ahorcado en la línea cuatro. A partir de allí el lector se está preguntando: ¿esta novela de qué trata? ¿por dónde gira? ¿qué derroteros va a tomar? ¿ Va a ser una novela social, o de intriga, negra o policiaca…?
Y es que tiene pinceladas de muchas cosas. Desde luego hay intriga y mucho misterio, pero también tiene grandes romances, grandes pasiones, grandes venganzas”.
– ¿Cuál es el germen de la novela?
– “Nace accidentalmente. La creación de la historia es un misterio que nadie lo sabe. Cuando terminé ‘Contrebia Leucade’ me propueso continuar en la senda de la novela épica. Busqué otro conflicto desconocido, cercano del que hablar y contar alguna historia como es la Guerra en Cuba. Con esa intención me puse a documentar sobre esa guerra y leí mucho sobre ella. Pero hice las cosas al revés, porque primero hay que buscar una historia y luego hay que documentarse.
Leí mucho de Cuba, pero no tenía una historia. Cuando quise buscarla el destino me llevó a dar un salto de 40 años, no hablar de la guerra en Cuba, sino de la Segunda República.
Es decir, en lugar de escribir la odisea de un joven recluta español con con 20 ó 21 años en la guerra de Cuba, pasé a relatar las aventuras o peripecias de un señor mayor, caduco y enfermo, 40 años más tarde en la Segunda República”.
agustin– Los personajes son de una riqueza impresionante, con muchos registros.

– “Hay que meterse un poco en ellos. La trama de la novela es una estructura un poco de puzzle. Para escribirla primero he tenido que componer una estampa, una fotografía, una figura, que después la he fragmentado en muchos trocitos que he diseminado y esparcido por el libro y que el lector conforme lo lee los va uniendo. Unos fragmentos que van encajando perfectamente y que son los que componen la estructura de misterio e intriga que tiene este libro.

Un trama de misterio e intriga paralela a la cual discurre la relación que mantienen el secretario del indiano y su sobrina. He dicho que tiene mucho romance, tantos que uno puede elegir: romances otoñales, romances que ya son cenizas, o romances indebidos, que digo yo. El romance de una mujer hecha y derecha de treinta y tantos años con un joven 11 años menor que ella, un pueblerino, incauto que se enamora de una mujer casi madura, muy viajada, muy vivida, que sabe mucho de la vida y de los hombres… ¿cómo sería una relación así y cómo acabaría?”.
– Esa sucesión de fragmentos cautivan al lector desde la primera línea hasta la última.
– “El que lo lea va a estar atrapado, va a sufrir, se va a sorprender, se va a estremecer, y al final va a respirar”.
– Se te nota muy satisfecho con el resultado de esta novela.
– “Sí. Te puedo decir que es la novela más ambiciosa, más compleja y más difícil que he abordado de las cuatro que he escrito. Ha sido complicada de escribir por la trama, por la estructura del puzzle que tiene para hacer que todo encaje perfectamente. Pero para el lector no va a ser difícil de leer y a mí me ha dejado muy satisfecho”.
– Al final de la novela realizas una serie de agradecimientos a personas que te han asesorado.
– “Cuando uno va a escribir una novela ambientada en algo necesita unos asesores. En este caso he tenido un excelente asesor histórico, mi amigo y compañero Jesús Gayarre; y un gran aliado, mi amigo riojano, José Angel Lalinde, que ha sido quien me ha mostrado los rincones por los que transcurre esta novela”.
– El que quiera podrá ir a ver los lugares que relatas en la obra.
– “Esta novela atrapa tanto que te apetecerá ir a esos lugares. Para quien los conozca un poco, va a ser muy atractivo porque la novela respeta escrupulosamente todos los rincones, todos los lugares de esta comarca de la Rioja, todos los accidentes geográficos, la toponimia, por supuesto la fecha y el dato histórico, el acontecimiento….
Evidentemente me he conocedido algunas pequeñas licencias porque es novela de ficción. Por ejemplo, alguien me dijo hace unos pocos días que había estado en Turruncún y no había encontrado la casa del indiano. Evidentemente esa casa no existe, pero le dije: la iglesia de Santa María si está, la habrás visto. También habrás encontrado dentro un esqueleto y ahora sabrás de quién es después de leer la novela”.
– Ya estarás pensando en la siguiente novela.
– “Cuando uno termina una novela tiene que esperar meses hasta que se publica, y durante ese tiempo uno no está parado. La cabeza sigue pensando, uno sigue escribiendo… Te mentiría si te dijera que no estoy pensando en nada”.
– Escribir se ha convertido para tí en casi una necesidad.
– “Sí, tú lo has dicho. Ya no sabría si calificarlo de hobby, de evasión, de escapatoria, de necesidad; pero sí que es verdad: no puedo dejar de escribir”.

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