“Materia orgánica”
Es su primer libro de poesía
La poesía es mi banda ancha para explicar la vida, despedazar el olvido, practicar el asombro, poner orden desde dentro o reivindicar el caos, según me convenga”, revela Anabel Corcín que acaba de publicar “Materia orgánica”, su primer libro de poesía. Lo presentó en la Casa del Almirante en compañía del escritor Pepe Alfaro y Trinidad Ruiz, responsable de Olifante, editora encargada de su publicación. Para Anabel Corcín, profesora de Lengua y Literatura en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Corella, “escribir poesía es como hacerle una biopsia al instinto o mirarse de reojo en el espejo de la madrastra; es rincón oscuro, alivio del sinsentido, y reconforta, a veces, como un paraguas desplegado en la tormenta. Es el escondite perfecto”.
– Me asalta una duda. En el libro haces una reflexión en forma de pregunta: ¿para qué escribir sobre aquello que acabará perdiéndose?
– “Nos gustaría que las cosas durasen mucho tiempo, sin embargo, lo efímero es una constante en nuestras vidas. Eso hace que queramos capturar el instante. Lo hacen los fotógrafos y los pintores y un poema es también una forma de atrapar lo efímero.
Frente al sinsentido de que todo al final acabará perdiéndose intento escribir precisamente para que no se pierda y se quede de alguna manera en la memoria”.
– ¿Cuándo te diste cuenta de que necesitabas escribir sobre lo que te sucede y lo que ves alrededor?
– “Empecé en la adolescencia, pero esa necesidad de escribir que va más allá del puro desahogo es bastante posterior. Realmente es desde hace siete años cuando siento que necesito escribir de forma permanente y compartirlo con los demás y empiezo a pensar no sólo en mí sino también en un hipotético lector”.
– El amor, el desamor, la amistad, el dolor… son cosas muy habituales en todos. Pero también hay una poesía dedicada a tus dos hijas.
– “Es que son lo más importante para mi y por eso se lo dedico a ellas, porque es un poema con el que intento expresar que, a veces hay que arriesgarse, echar un pulso a la vida, explorar el mundo para ver si más allá hay dragones”.
– En el libro también hay lugar para la indignación por cómo trata Europa a los refugiados, sobre todo a los sirios.
– “Lo que pasa en el mundo no te puede ser ajeno. No puedes meterte en una burbuja y ya está. Vivimos en un mundo en el que pasan cosas buenas y cosas también no tan buenas. Eso te produce indignación y tristeza y también tiene su lugar en la poesía”.
– Podías haber elegido la prosa. ¿Por qué has preferido el verso?
– “Porque la poesía me encanta. Disfruto leyéndola. He escrito algunas cosas en prosa, microrrelatos y cuentos breves, pero para mí no tienen el poder que tiene la poesía, que es más emocional, más visceral. Me interesa plasmar emociones y no tanto historias, aunque algunos poemas también sean un poco narrativos”.
– Escribes de una forma muy directa y muy sencilla, perfectamente comprensible para el lector.
– “Sí. No pretendo hacer una poesía elitista, que no la entienda nadie. Quiero que la gente comprenda lo que deseo expresar. Es un ciclo. La comunicación termina cuando un lector la entiende y es capaz de identificarse, de sorprenderse o de reconocerse de alguna manera en esos versos que tú has escrito”.
– El deseo de publicar, sobre todo poesía, que tiene una gran carga de intimidad, no está exento de pudor. ¿Has llegado a sentir esa sensación?
– “Es cierto que cuando quieres publicar algo te da un poco de pudor. En principio es comprensible que el hecho de que alguien pueda conocer tus emociones te haga sentirte más vulnerable, pero yo creo que es todo lo contrario. Te da más fortaleza porque el sentir forma parte de ti, es la vida y no puedes pasártela huyendo de lo que sientes (eso no sería vivir, sino sobrevivir). No es una debilidad mostrar que has sentido tristeza un día, indignación o amor y complicidad. ¿Si es algo tan natural por qué lo vas a ocultar?”.
– ¿Conocen tus alumnos esta faceta de su profesora?
– “Hasta ahora no sabían nada pero se lo voy a decir. Y algún poema les leeré”.
Anabel Corcín asegura que “la poesía es la auténtica orquesta del ‘Titanic’, capaz de interpretar con pasión un ‘ragtime’ frenético en medio del espanto”.
Estos poemas tienen “bastante de orgánico y de sedimentario porque han sido arrastrados mecánicamente por las corrientes, el agua y los vientos que han azotado mi alma en esta aventura tan maravillosa y, a veces, tan puñetera, que es la vida”.