Titulado “Un ciervo en la carretera”
Se ha publicado gracias a un mecenazgo
”Un ciervo en la carretera” es el título del libro escrito por Domingo Alberto Martínez. Filólogo de formación y apasionado de la palabra escrita, es natural Zaragoza, pero residente en Tudela, de donde es su mujer.
Su primera novela, “Las ruinas blancas”, fue premiada en el ‘XVI Certamen Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal’, convocado por la Diputación de Zaragoza en 2001. Un año antes, la novela corta”Trovas de fierro” había recibido el premio ‘Alfonso Sancho Sáez’ del Ayuntamiento de Jaén. El libro está a la venta en liburudenda “El cole” (Avda. Santa Ana, 18, Barrio de Lourdes, y en Letras a la Taza (Calle Herrerías, 7).
Sus relatos, premiados en más de 60 certámenes literarios -entre los que cabe destacar ‘De Buena Fuente’, del Ayuntamiento de Logroño, ‘Federico García Lorca’ de la Universidad de Granada o ‘XV Certamen de Relato Histórico Álvaro de Luna’-, se encuentran recogidos en las antologías “El pan nuestro de cada día y Palos de ciego”. Ha publicado numerosos libros, pero todos ellos gracias a que habían obtenido premios. El mismo consistía en su publicación. En esta ocasión ha sido distinto y ha tenido que encargarse de todo el proceso hasta que al final ha visto la luz.
– ¿Cómo fue el germen de este libro?
– “Yo tenía una librería en Zaragoza y la traspasamos. Mi mujer es enfermera y nos preguntamos; ¿qué hacemos? Teníamos dos hijos muy pequeños, ella tiene su familia aquí, yo en Zaragoza, y nos vinimos a Tudela. Seguí escribiendo porque lo he hecho toda la vida. Lo que pasa que eran relatos porque no me daba la vida para escribir novelas, que es lo que a mí me gusta. El trabajo y el tener hijos pequeños me lo impide. Pero llegó un momento en el que se acumularon los relatos y me pregunté: ¿qué hago con todo este material?
Decidí publicarlo y me puse en contacto con editoriales, pero es muy complicado que te editen un libro. Las grandes, si no te conocen, no te hacen caso; las pequeñas, hacen su labor, pero están desbordadas. Les deben de llegar cientos de originales todos los días. Una de ellas, “Libros.com,”, es una editorial de micromecenazgo, y me dijo que adelante con el proyecto.
Durante un mes me dijeron que tenía que contactar con la mayor gente posible para que apoyaran este libro y aportasen una cantidad de dinero para su publicación. Al final salió bien, pero fue muy duro”.
– ¿Por qué el título Un ciervo en la carretera?
– “El libro está lleno de relatos y no tienen una trama común. Lo único que les une es la idea de la inestabilidad. Un ciervo es un animal muy hermoso. Cuando escribo un relato lo que busco es que guste a la gente y que esté bien escrito.
Y luego está la trama: un ciervo sale de pronto del bosque y se queda plantado en medio de la carretera por lo que le pueden pasar mil cosas: ser atropellado por un coche, dispararle un tiro un cazador…
Quiero transmitir esa idea de inestabilidad, que el lector sepa que está leyendo algo bonito, pero que además se sienta atrapado porque no sabe muy bien lo que va a pasar con los personajes ni con las historias que se cuentan. Aparte de que el nombre es muy poético, ya que podía englobar a todos los relatos seleccionados”
– Los relatos son de muy diversos tamaños.
– “Sí. Lo que nunca había hecho hasta ahora era escribir microrelatos. Sí que había escrito relatos muy cortitos, de cuatro líneas, de media página; y en esta antología van desde cuatro líneas hasta 35 páginas. El libro consta de casi 200 páginas”.
– ¿De qué tratan?
– “Son relatos muy distintos, en los que trato siempre de atrapar al lector desde el principio. Son historias cerradas porque cuando me pongo a escribir lo que primero tengo en la cabeza es relatar una historia que tenga un principio y un final. Luego, durante el proceso de escritura muchas veces cambias los personajes, pero lo que es la trama siempre la tengo muy clara”.
– Es ficción, pero tienen algo de realidad.
– “A mí me gusta mucho la historia, pero escribo ficción. No hago un ensayo histórico, pero no se me puede achacar que lo que escribo no ocurrió realmente. Tengo mi libertad para moverme, pero sí que hay relatos que están ambientados directamente con la realidad.
Uno es sobre la última corrida de Joselito, un torero de los años 20 del siglo pasado, rival de Belmonte. Es su última faena, pero alrededor de ella, respetando los personajes, su cuadrilla…, he tenido mi libertad para ir urdiendo mi trama.
Y lo mismo en la de Carrero Blanco. Sabemos que iba acompañado en el coche por el chófer y el escolta, pero a partir de allí me meto en sus cabezas, en lo que pueden pensar… y eso lo hago a través de mi libertad para escribir. Estos dos son un ejemplo, hay alguno más, pero hay otros que son totalmente ficción.
Ofrezco un compendio de fragmentos en los que recojo relatos que he escrito en los últimos años, invitando al lector a un viaje por la humanidad, desde el punto despiadado de los celtíberos hasta la época actual. Es como vivir una aventura viajando por nuestra historia: desde un viaje en el Orient Express hasta una noche en la parisina plaza de la Revolución, atestada de gente y charcos de sangre para ver el ajusticiamiento de María Antonieta”.