‘Pellizcos de (des)amor’ es el primer libro de Macu Álvaro, que fue presentado en Tarazona el domingo 20 de noviembre (salón de actos de la biblioteca, 12 horas) y en Tudela el domingo 27 noviembre, (‘Librería Letras a la Taza’, 12:30 horas)

¿De qué trata tu libro?
‘Pellizcos de (des)amor’ es una recopilación de reflexiones que he ido escribiendo a lo largo de un año y medio, desde el momento en que mi historia de amor, mi matrimonio, se acabó, hasta el verano de este año cuando decidí presentar el manuscrito a una editorial. Las hay de tristeza, de desconsuelo, de incomprensión, pero luego ganan las de felicidad, superación, aprendizaje, amistad, erotismo…
¿Por qué razón has elegido este título?
No tuve ninguna duda a la hora de elegir el título de mi libro. Cuando el que creías que era el amor de tu vida decide que todo se terminó, recibes un pellizco de dolor que te paraliza, y a este le siguen otros tantos, tristes y despiadados, que te dejan KO. Estos son los pellizcos del desamor. Afortunadamente, no tardan en llegar los otros pellizcos, los bonitos, los que van acompañados de abrazos, de besos, de comprensión, de ánimo. Los pellizcos de amor.
Si os apetece leer mi libro veréis que estos últimos pellizcos aparecen en él y que están firmados por mis colegas, mis amigos, mi familia, gente que me quiere y a la que quiero. Por eso siempre digo que este libro no es mío, es nuestro, porque somos muchos los autores que hemos redactado sus páginas.
Me costó mucho más idear la portada. ¿Por qué un cactus? Os preguntaréis. Soy una amante de la naturaleza y quise encontrar una planta que encajara con el título. Y, por sorpresa, la encontré en mi viaje a Lanzarote, el paraíso de los cactus: las espinas del desamor y la exquisita belleza del amor. Pero aún hay más, te voy a explicar la simbología de los cactus:
Al ser unas plantas tan únicas y diferentes, significan fortaleza ante las adversidades, una fuente de éxito personal laboral y una gran capacidad para la conquista de los objetivos más difíciles de la vida. Son una fuente inagotable de energía y un transmisor de paz. Y te añado, los cactus sobreviven incluso cuando parece imposible. Ahí lo dejo.
¿Hacia qué público va dirigido?
Escucha, cuando recibí la valoración literaria de la editorial, la primera frase decía así: “Pellizcos de (des)amor es un libro que indefectiblemente acariciara el alma y el corazón de quien lo lea”. Buff, ¿precioso, no? Así que mi libro va dirigido a todas las personas que se mueren de ganas por que alguien les acaricie el corazón.
Si me animé a publicarlo fue porque surgió en mí la necesidad de ayudar a los que estuvieran recorriendo la dura travesía de una ruptura amorosa. Yo ya la había transitado y, aunque aún seguía dando pasitos por ella, sentí en mi corazoncito que mi experiencia podía ser muy útil para aliviar el sufrimiento que genera esa separación. Debía intentarlo. No soy psicóloga ni experta en ofrecer las herramientas necesarias para superarla, pero siempre he sido una persona de compartir, de solidarizar, y no podía guardarme para mí todo lo que había vivido y cómo había conseguido sanar mis heridas y resurgir. Mis amigas dicen que ‘Pellizcos de (des)amor’ es un acto de generosidad; las quiero infinito y ellas lo saben.
Pero no solo el amor rompe corazones, hay otras causas, y estoy convencida de que el contenido de mi libro puede echar una mano a que el peso de esas fracturas sea un poquito más liviano. Ojalá lo consiga, ese es mi deseo.

¿Cuánto tiempo tardaste en terminarlo?
En el mismo instante en que mis oídos escucharon el desgarrador “se acabó”, mi terapia fue llorar, llorar y llorar y escribir, escribir y escribir. Dos acciones muy pero que muy balsámicas. Este verano decidí irme sola de vacaciones, 15 días a Lanzarote, para inhalar mi último soplo de inspiración y organizar y recabar todas las reflexiones que había escrito a lo largo de año y medio. Fue un viaje a mi interior. Quería preparar un manuscrito y enviárselo a una editorial. Quién iba a imaginar que la primera que lo recibió, aceptaría su publicación. Qué locura, exploté de felicidad cuando leí su correo electrónico con la confirmación. Estaba en una nube y sigo estándolo. Créeme, todavía tengo que pellizcarme (de amor) para cerciorarme de que esto no es un sueño.
Siempre has sentido una gran afición por la lectura, pero ¿por qué has esperado tanto tiempo para escribir un libro?
Escribo desde que era una niña. Recuerdo que mi padre me compró una Olivetti roja (que todavía conservo) cuando tenía 8 años. Guardo en una carpeta todo lo que escribí a esa edad, algún día te lo dejaré leer, pasarás un rato divertido. Son relatos geniales pero con faltas de ortografía. Ya me conoces y sabes lo tiquismiquis que soy con ese tema, jajaja.
Me encanta escribir, siempre he escrito, aparecen notas mías por cualquier sitio, en cajas de recuerdos, en libros antiguos, en apuntes de la universidad… pero nunca me he considerado una escritora profesional porque es evidente que no lo soy. Escribo a mi manera, soy espontánea, natural. Doy rienda suelta a mi imaginación y plasmo lo que siento en el papel, de forma sencilla, sin florituras. Soy consciente de que no a todos les gustará cómo escribo y aceptaré las críticas sin lugar a dudas. Pero sé que a muchas personas les enamorarán mis frases, mis palabras, mi forma de expresar lo que habita en mi cabeza y en mi corazón. Lo sé porque ya me lo han dicho y con eso me quedo.
Vivo todo con intensidad, estoy diagnosticada como PAS, persona de alta sensibilidad, y eso hace que le ponga mucho entusiasmo y ganas a todo lo que hago. Y eso es exactamente lo que os transmitirá mi libro, puede que os guste, puede que no, pero es innegable que lo he escrito con la piel de gallina, con lágrimas, con escalofríos, con mucha pasión.
¿Cómo surgió la posibilidad de que Ediciones Ruser lo publicase?
Una amiga me recomendó esta editorial. Me dijo: conozco algunas más, si a esta no le gusta tu manuscrito te diré otra. Lo cierto es que no hubiera insistido en muchas más, si a esta y a una segunda no les hubiese gustado no pasaba absolutamente nada. Pensaba hacer fotocopias, encuadernarlas y regalarlas a la gente interesada. No iba a llorar por las esquinas, desde luego; huyo de los dramas, bastante he llorado en los últimos meses, jajaja. Pero mira por donde, Ediciones Ruser aceptó publicar mi libro. Quince días después del envío del manuscrito me contestaron con un email que pellizcó, en mayúsculas, mi corazón. Una valoración literaria que me hizo gritar de emoción.
Sabes, ya estoy escribiendo un segundo libro. Bueno en realidad sigo con lo mío, escribir y dejar notas por todos los rincones. Tal vez el próximo verano me vaya de nuevo a una isla paradisíaca, recopile todos esos escritos y os sorprenda de nuevo. Lo cierto es que ahora estoy en un momento de mi vida que nada tiene que ver con el vivido mientras escribía ‘Pellizcos de (des)amor’, así que si existe un segundo libro, este llegará lleno de vitalidad, emoción y sensualidad. Te avisaré, me encanta que me entrevistes, jajaja.