Monitor Club Oroz-Ebrokayak. «Hay un gran compañerismo»
Andrés García Ridruejo, tudelano de 20 años, siente pasión por el piragüismo. Su casa está repleta de medallas, pero hace años que dejó la competición. En la actualidad estudia Magisterio y es monitor del Club Oroz-Ebrokayak.
– ¿Cuándo empezaste en el club?
– “Con 7 u 8 años. La idea surgió de mi hermana y yo, pero nos apuntamos toda la familia a la vez: mi abuelo Paco, mis padres Pachi e Inés y mi hermana. Mis padres tienen su piragua y aunque le han cogido una gran afición a la bici, aún salen de vez en cuando a remar. Mi hermana se fue a estudiar a Valencia por lo que lo dejó”.
– Se te ve disfrutar desde tu cargo de monitor.
– “Me gusta transmitir los valores que me han inculcado en este club cuando era pequeño. Mi deseo es ayudar para darle continuidad”.
– Las clases no se han interrumpido en Navidad.
– “En invierno están apuntados unos 12 chavales. En esta época nos dedicamos más a la competición y al perfeccionamiento. En verano, con la llegada del buen tiempo, abrimos las puertas a gente nueva que quiere probar este deporte. Cada vez se apuntan más, por lo que sacamos más turnos”.
– El club funciona muy bien.
– “Sí. Estamos muy contentos. Tenemos que dar las gracias a José María Oroz, nuestro patrocinador y a Eugenio Pérez, nuestro presidente. Todos ponemos nuestro granito de arena, pero sin ellos este club no podría salir adelante”.
– Disponemos de un río que es la envidia de muchas ciudades y de un club que pone todas las facilidades para disfrutarlo. Sin embargo aún le damos al espalda al Ebro.
– “Y me da mucha pena. Nosotros invitamos a todo el mundo a practicar este deporte y organizamos jornadas de puertas abiertas, pero no responden como desearíamos. Se están perdiendo una oportunidad única”.
– En el club no solo se practica deporte sino que se disfruta de la naturaleza.
– “Exacto. Realizamos salidas durante el verano y la gente valora que disfruta con la pareja o con los amigos de este magnífico entorno. Por un precio anual muy económico el club facilita monitores que te enseñan, además de una piragua; y lo más importante, un ambiente perfecto para hacer amistades. Lo que más valoro de pertenecer a este club, además de ver cómo los chavales van progresando, es el ambiente de piña, de grupo, existente. El ambiente de compañerismo que se respira es envidiable”.