Alberto Cebollada y Javier Val nadan desde Tudela hasta El Bocal
Alberto Cebollada y Javier Val les une desde niños su pasión por el río Ebro. Han nadado en sus aguas cientos de veces y disfrutado de sus bondades subido en una piragua. Pero desde hace años realizan un curioso reto: descenderlo desde Tudela hasta El Bocal. La cita varía: a veces es a finales de mayo y otras a principios de junio. En esta edición fue el miércoles 27 de mayo a las 8 de la mañana y con una temperatura excepcional: entre 20 y 21 grados.
“Nos une la ilusión por hacer todos los años este reto que realizaba mi padre”, explica Alberto. “Él nos contaba que bajaba a nado desde Tudela a El Bocal y nosotros lo llevamos haciendo todos los años por estas fechas”.
Según indica Javier, “llevamos varios días entrenando en el río. No es una zona recomendable para el día a día, para el bañista habitual, pero nuestra experiencia nos avala porque estamos acostumbrados a este medio natural, aunque no tenemos siempre las garantías al cien por cien de que sea una actividad de bajo riesgo”.
Pero respetan al máximo las medidas de seguridad: “estamos entrenados, conocemos el río, evaluamos el caudal haciendo un seguimiento diario a través de la página web de la Confederación Hidrográfica del Ebro, y sabíamos que la situación meteorológica nos ayudaba”, asegura Alberto, quien añade que “descender el Ebro a nado te vincula directamente con el medio natural. Es un lujo poder disfrutar activamente del río junto a las especies que hay en él. Es un deleite para los sentidos”.