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«Es un honor cuidar de Santa Ana»

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María Jesús Ramírez y María Pérez, camareras Patrona

“Santa Ana es muy especial para los tudelanos”

María Jesús Ramírez y María Pérez Anadón son las camareras de Santa Ana, las encargadas de su cuidado y de efectuar los cambios de ropa, vestidos y mantos de la Patrona de Tudela. María Jesús lleva más de 50 años con este cometido y María entró en 2015 en sustitución de su tía abuela que precisamente tiene el mismo nombre.


– María Jesús: ¿Cómo surgió la posibilidad de ser camarera de Santa Ana?
– “Por amistad con las camareras que había entonces, a las que ayudaba: María Morte y Silvina González. La primera se puso enferma y la sustituí. Más tarde María Pérez entró en lugar de Silvina. Hace 5 años llegó mi actual compañera, familia de María Pérez y que lleva el mismo nombre”.
– ¿Qué funciones desarrolláis?
– “Lo primero es estar pendiente de Santa Ana y que esté siempre limpia y en condiciones todos los días. Le cambiamos los mantos, enaguas… Más o menos lo que se hace en una casa, ordenarla y limpiarla, con la diferencia de que estamos hablando de la Patrona de Tudela”.
– ¿Cada cuánto tiempo se le cambia el manto?
– “Hay fechas estipuladas por la Iglesia en las que se le cambia según el color. El resto del año la cambiamos como nos parece conveniente a nosotras”.
– ¿Con qué color empieza el año?
– “Va de blanco porque el 24 de diciembre se le cambia de morado a este color. En la Cuaresma se le viste de morado. En junio la solemos cambiar al rojo, no siempre, por Pentecostés, para la Novena del Espíritu Santo. En julio se le cambia de blanco para la Novena de Santa Ana. Después de fiestas le ponemos otro manto de color blanco. En Adviento va de morado; después de verde, morado y luego otro blanco”.
– Tiene que ser especial vestir a Santa Ana y cuidarla.
– “Es muy especial. Es que se trata de la Patrona de Tudela”.
– Hay gente que va todos los días a verla y dice que su estado de ánimo varía: unas veces sonríe, otras está triste…
– “Sí. Tienen razón. Cuando a mí me lo decían las antiguas camareras me extrañaba. Pensaba que eran cosas de la edad. Pero cuando entré, me pasó lo mismo. Según cómo la miras parece que te sonríe, o esa es la sensación que tengo”.
– Y muchos tudelanos vienen a verla para pedirle que le conceda alguna petición.
– “Sí. Se le tiene mucha fe”.
– Un día muy especial para muchos es cuando se le cambia el vestido para la Novena de Santa Ana.
– “Sí. La cambiamos el día 15 de julio y quien lo desee puede venir a ver cómo se hace. No la desnudamos del todo. Le quitamos el vestido que lleva, le ponemos otra enagua, y se le vuelve a vestir.
Antes la cambíabamos abajo, pero como viene mucha gente lo hacemos arriba. Así están sentados en los bancos viendo lo que hacemos. Y luego se pueden fotografiar con ella, tocarla y besarla, que lógicamente es la ilusión de todos”.
– Cuéntame la anécdota de aquella persona que fue a visitar a Santa Ana y como no la vio salió gritando que la había robado.
– “La estábamos cambiando en la Sala Capitular. Fue un señor, que al no verla gritó que la había robado. Entonces no había gente como hay ahora por todos los sitios y la cambíabamos en esta sala. Estábamos las dos anteriores camareras y yo. Alguien le dijo fuera que estaba dentro y al no verla se asustó”.
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– Siempre has conocido a Santa Ana en la Catedral salvo cuando estuvo en la iglesia de San Jorge por reformas de la Seo tudelana.
-”Sí. La llevamos a San Jorge. Ha sido la única vez que ha salido de la Catedral”.
– Se nota que quieres mucho a Santa Ana.
– “Es que son muchos años poniéndole las enaguas (se ríe). ¿Cómo no voy a quererla?
¿Cuándo decidas que no vas a continuar por alguna razón hay alguien en la familia que te sustituirá?
– “Ya está pensado. Y si no quiere alguien de la familia yo tengo a una persona que desea entrar”.
– María Pérez Anadón. ¿Cuéntanos cómo llegase a ser camarera?
– “Heredé el puesto de mi tía abuela que también se llama María Pérez. Ella renunció con 94 años, las navidades del año 2015. Yo he vivido con mis padres y mis abuelos desde que nací. Siempre he vivido con ella y la he acompañado cuando no tenía colegio a todos los cambios que le hacía a Santa Ana. Era algo habitual acompañarla por lo que sabía que cuando ella renunciase a esta función yo le sucedería”.
– ¿Fue un momento especial?
– “Sí. Ella siempre me decía que el día de mañana le iba a suceder y que fuese consciente del compromiso que suponía. Recalcaba si estaba dispuesta a hacerlo. Como vio siempre que era lo que yo quería, estaba todo muy claro. Ella tenía muchos años y quería dejar el cargo y verme a mí en su puesto. De hecho, desde que la sustituí, me ha acompañado muchas veces”.
– ¿Qué supone ser camarera de Santa Ana?
– “Para mí es un orgullo. Es algo familiar y natural”.
– ¿Ha supuesto en algún momento un sacrificio?
– “No he sacrificado nada. Es verdad que, por trabajo, tengo que respetar unos horarios, pero se puede llevar perfectamente. Además, con María Jesús la relación de tantos años es excelente. Nosotras nos organizamos para los momentos que hay que cambiarla”.
– ¿El mejor cambio es el del día 15 de julio?
– “Para nosotras no. Es el cambio en el que más gente la ve, y por eso para muchas personas es especial, pero a nosotras nos gusta más estar en la intimidad, a solas con Ella”.
– ¿Le habrás pedido cosas a Santa Ana?
– “Sí. Pero ha llegado un momento que ya no pido, agradezco. Ahora pido por los demás”.

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