Espera mejorar sus marcas y situarse en lo más alto del automovilismo de montaña
El tudelano Abel Lombardo, de 25 años de edad, tiene depositadas muchas esperanzas en la próxima temporada en el Campeonato Vasco-navarro de montaña donde está llamado a ser una de sus estrellas. Ha renovado y mejorado sustancialmente su Fórmula, con el objetivo de presentar dura batalla a sus rivales, pero no contaba con que el coronavirus ha trastocado la competición, que si nadie lo remedia quedará suspendida.
– ¿Qué mejoras has realizado en tu coche?
– “He cambiado los alerones delantero y trasero, que ahora son más grandes; y el grupo trasero, encargado de mover las ruedas, se ha rectificado entero. También he introducido la telemetría, que consiste en una pantalla que controla todos los sensores del vehículo, de tal forma que cuando termino de realizar el circuito lo introduzco en el ordenador y me indica dónde ha habido fallos. Por ejemplo, qué rueda ha patinado, o cuál frena más o menos. Estos datos te ayudan a mejorar el rendimiento del coche”.
– Y se traduce en que te va permitir arañar segundos en las competiciones.
– “Sí. Antes de realizar estos cambios rodé a 1’ 11” en el circuito de Kotar (Burgos). Con el nuevo coche hice 1’ 06’. Ahora va mucho más fino”.
– ¿De qué manera va a afectar el coronavirus a esta temporada?
– “En teoría no vamos a poder puntuar, y si al final podemos no será en todas las pruebas. Creo que saldremos a pilotar pero en plan de exhibición más que de competición. De todos modos, estamos a la espera de qué nos indican los organizadores.
Lo que está claro es que los pilotos necesitamos correr. Hemos estado preparando durante el invierno la nueva temporada poniendo los coches a punto y lo que queremos es colocarnos delante del volante. Ha sido un trabajo duro y nuestra ilusión es ver que todo el esfuerzo, todas las mejoras que hemos introducido, van a dar sus frutos.
En mi caso tengo, además, que hacerme al coche porque con él solo pude correr en Urbasa; y ahora es prácticamente nuevo”.
– En aquella subida quedaste primero en tu categoría y quinto en la general.
– “Sí. Fue una sorpresa muy agradable, porque además el coche no estaba para ganar. Fui a probarlo y no quise forzarlo mucho porque estaba aún sin acabar. Sin esforzarme mucho hice buenos tiempos”.
– Ahora todo irá mejor.
– “Sí, mejoraré mucho los tiempos”.
– El 27 de junio pasado estuviste probando el coche en el Circuito de Los Arcos.
– “Fue para ver cómo funciona. He ido más que nada para comprobar, entre otras cosas, los reglajes y los pesos; o sea, las alineaciones de las ruedas, que siempre viene bien. Me lo he tomado como un test. No ha sido para tomar tiempos, porque el comportamiento del coche es totalmente distinto cuando subes una montaña. En ella hay humedades, grietas en las carreteras, trayectos secos y mojados… En Los Arcos sabes qué curvas te van a venir, y si te sales no pasa nada porque tienes escapatoria; pero eso no sucede en la montaña, donde todo es imprevisible y si no andas fino puedes chocar contra un árbol”.
– En la montaña es imprescindible estudiar el recorrido antes de la competición.
– “Sí. Los circuitos son distintos. Asier Bidaburu, un piloto vasco que tiene también un Fórmula, y que me está ayudando mucho, me ha aconsejado aprenderme bien las carreteras. Si tienes una competición hay que ir con tu coche de calle semanas antes para subir y bajar muchas veces el circuito y memorizar todas las curvas.
Con este coche no puedes ir a ciegas. No te permite tantos fallos como el anterior. Antes, si te pasabas ligeramente en una curva, lo cruzabas un poco de atrás, lo sacabas sin muchas dificultades, y lo volvías a meter. Con un Fórmula la conducción es muy diferente, todo tiene que ser perfecto. No puedes derrapar porque en el momento que lo haces el coche se te va. Son 5 metros de vehículo, es mucho más largo que el anterior, y alcanzas mucha más potencia, por lo que tienes que ir más fino.
Lo que hace que ganes, además de tener un buen coche, es aprenderte bien las carreteras. Asier me dice que hace hasta 100 pasadas con el coche de calle. El problema que tengo es que al ser de la Ribera, necesito en muchos casos dos horas y media para ir a las carreteras. Hay pilotos que llevan desde 1986 corriendo por estos circuitos con el mismo coche, y se los conocen al dedillo. Yo soy el más joven de la parrilla, el que el más se aproxima a mi edad tendrá 33 años. En ese sentido me llevan ventaja, por eso tengo que hacer un esfuerzo, coger el coche, y desplazarme a los circuitos para aprenderlos de memoria”.
– Un piloto nunca está solo ¿quién se encuentra detrás ayudándote?
– “En el aspecto técnico y de conocimiento del coche, de su motor, le debo mucho a Asier. Yo apenas he aterrizado en el mundo de la competición, soy nuevo, y él lleva muchos años. Posee una gran experiencia. Me ayuda mucho.
Me dejó montarme en su coche y me ayudó a buscar un Fórmula. Bajó desde Guernica, donde vive, hasta Tudela, a colocar el motor, y ponerlo en perfecto estado. Cada vez que voy a probar el coche, viene conmigo, y me aconseja sobre qué es lo que tengo que hacer. Además, me ha regalado muchas piezas que necesitaba. Es un amigo que he hecho en las carreras. La verdad es que no me imaginaba que en este mundo del automovilismo hubiera personas tan generosas.
Pero sobre todo, a quien más agradecido estoy es a mi padre, propietario de “Carrocerías Tudela”. Económicamente es quien más me apoya. Gracias a él pude empezar con el anterior coche, pero ahora con el nuevo ha habido que hacer una importante inversión.
“Carrocerías Tudela” es mi principal patrocinador. Ahora, también he conseguido otro esponsor, “Delta T”, que aporta un dinero al mes con el que puedo comprar ruedas y otros materiales. Los patrocinadores son imprescindibles porque este deporte es bastante caro.
Si no fuese por mi padre, por “Carrocerías Tudela” y por Asier, no podría haber llegado tan lejos”.