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«La muerte de Iñaki ha sido un duro golpe»

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Afirma el piloto tudelano Abel Lombardo

Iñaki Irigoyen perdió la vida en la subida a Urraki en la misma carrera que participaba el piloto tudelano 
Desolado. Así se siente Abel Lombardo, piloto tudelano de automovilismo de montaña, patrocinado por Carrocerías Tudela, que vivió el 18 de octubre uno de sus momentos más duros. Su amigo Iñaki Irigoyen, 50 años, perdió la vida ese día cuando participaba en la Subida a Urraki, en Azpeitia, tras salirse de la vía y colisionar contra un petril.

 

Abel participó en esa misma prueba y como era habitual estuvo muchos minutos con él. Incluso desayunaron juntos.
– ¿Cómo transcurrió ese día?
– “Era la última subida que hacíamos del Campeonato Vasco. En principio no iba a correr porque antes que Iñaki ha habido allí dos muertos. Es la única prueba del Campeonato Vasco que ha habido fallecidos (2003, 2007 y este año).
Mi amigo Asier, que me acompaña en las carreras, me dijo que no me apuntase porque es sobre todo muy peligrosa para los Fórmula. Está llena de baches. El coche se queda en el aire y pierdes el control. Además, es una pista super rápida porque haces una media de 140-150 kilómetros a la hora. En algunos tramos te pones a más de 200. Aparte, hay barrancos a los dos lados.
Me apunté a una prueba que había la semana siguiente a Urraki en Cantabria. Pero se suspendió por el coronavirus. Como me quedaba sin carrera me inscribí a la de Urraki para terminar la temporada. Iñaki fue con un coche nuevo que se acababa de comprar. Era su primera carrera. Yo llevaba todo el año hablando con él. Precisamente la semana anterior me comentó por teléfono que iba a correr y que estaba muy ilusionado. El sábado anterior coincidimos en la subida a Urraki haciendo pasadas con nuestros coches de calle para conocer la pista. Estaba super contento. El domingo, poco antes de la carrera, desayunamos Iñaki y su mecánico, Asier, mi padre y yo, en una pastelería que está junto a la subida. Fíjate lo que son las cosas: me advirtió que tuviese mucho cuidado porque esta subida es muy peligrosa. Un íntimo amigo suyo falleció en 2006 y desde ese año dejó de participar en Urraki.
abel2Volvió porque no le quedaba otra para probar su nuevo Fórmula, ya que era la última carrera del año. Asier, mi mecánico, le dijo que estuviese tranquilo, que no corriese mucho, que no se la jugase porque no era puntuable y que disfrutase con su nuevo coche. Nos fuimos a las asistencias, montamos las carpas. Se me rompió la sierga del acelerador e Iñaki y su mecánico vinieron y me ayudaron. Me dejaron herramienta y tornillos especiales que yo no tenía. Participaban 60 coches y nosotros salimos de los últimos, por lo que Iñaki y yo estuvimos hablando. Cuando se aproximaba el momento de correr nos pusimos los monos y nos subimos a nuestros respectivos coches.
Allí le perdí de vista. Cuando llegué a la salida él ya había emprendido la marcha. Yo salía dos puestos después. Partió el piloto que iba delante mía y cuando yo iba a hacer lo mismo, me cortaron diciéndome que había habido una salida de pista y que bajase. Les pregunté qué había pasado y tras insistirles mucho, al final me dijeron que “Txapu” se había salido de la pista y había muerto al instante al pegarse contra un petril de hormigón. Fue a los dos kilómetros de salir. La carrera era de 6”.
– Mantenías una gran relación con él
– “Él ha estado en mi casa, yo en la suya, y me ha ayudado a hacer el Fórmula. Subía a Pamplona a su casa y nos dábamos vueltas con mi Misubisi que le encantaba pilotar. Era un hombre increíble. Tenía 50 años, pero con la ilusión de un chico de 25”
-Llegó a ser un buen piloto.
– “Sí. Corría los Campeonatos Navarro y Vasco. En 2018 me ganó el Navarro y yo quedé segundo. Tengo una foto con él subidos en el podium”.
– ¿Dónde le conociste?
– “En 2018, en Arnedillo, en mi primera carrera. No tenía ni idea de lo que había que hacer en una prueba de este tipo. Desconocía que había que montar una asistencia antes de la carrera. Allí conocí a Iñaki. Me vio y se acercó para ver cómo estaba y si necesitaba algo. Como hacía unos 40 grados me ofreció de beber y de comer. Me trató de maravilla. La prueba constó de cuatro mangas y cada vez que subía me lo encontraba y comentábamos cosas. Cuando terminó la carrera y estaba cargando el coche se me acercó y me regaló un juego de ruedas. Ese año corrí todas las carreras y coincidíamos. En Arnedillo conocí a Iñaki y a Asier, las dos personas que más me han ayudado. A partir de allí surgió una gran amistad.
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– Siempre se preocupaba por ti.
– “Sí. Te cuento un momento curioso. Iñaki salía normalmente antes que yo en las carreras. En una nos separaban dos pilotos y estando él arriba vio que no subía porque el de adelante mía se había salido de pista, por lo que tuve que esperar.
Iñaki se preocupó y no paraba de llamarme al móvil. Yo oía que sonaba, pero como estaba dentro del coche, lo tenía en un bolsillo, y como con los arneses no podía moverme, no lo cogía. Me mandaba wasap diciéndome que estaba muy preocupado pensando que yo era el que se había salido de la pista. Era el primero que estaba pendiente de mí. Había veces que antes de la carrera me aconsejaba que no corriese porque era una subida peligrosa y no quería me que pasase nada”.
– Ha sido un fuerte varapalo.
– “Es que era una buena persona. Me dolió mucho porque además, su hija de 12 ó 13 años, estaba en la subida a Urraki. Se encontraba destrozada, lo mismo que su mecánico. Es que el mundo del automóvil es muy cercano. Una vez que conoces a alguien es para siempre. Y con Iñaki tenía una relación muy especial. Aunque vivíamos en ciudades distintas estábamos a todas horas enviándonos wasaps. Tengo llamadas con él de hora y media hablando sobre coches, pilotos y carreras”.
– Estas desgracias te hacen meditar sobre el peligro que entraña participar en este tipo de carreras.
– “Eres consciente del riesgo que asumes y desgracias como esta te impactan. Te hacen reflexionar y pensar que lo mismo que le ha pasado a Iñaki te puede suceder a ti”.
-Lo de Iñaki te hace meditar sobre si volverás a correr.
– “Me lo han preguntado más de una vez, y he dicho que claro que voy a seguir corriendo. Pero esta subida jamás. No voy a dejar de correr porque haya perdido la vida. Además, a él probablemente no le gustaría que abandonase. Pero lo que le ha sucedido te pone en tu sitio y te hace extremar las precauciones.
Me voy a poner en el coche un detalle como homenaje a Iñaki para tenerlo presente en todas las carreras. Le echaré de menos porque siempre le veía en las asistencias y correré por él”.
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– ¿Cuándo será tu próxima prueba?
– “Va a ser en el Circuito del Jarama en una carrera de resistencia. Correremos tres pilotos con un mismo coche: un Sáxo preparado para este circuito. Son seis horas y cada uno estaremos dos. Es algo nuevo para mí y estoy preparando esta carrera con un simulador”.
– ¿Qué planes tienes para la próxima temporada?
– “Quiero participar en el Campeonato Vasco, en el Navarro y en el Cántabro. Eso quiere decir que estaré corriendo todos los fines de semana”.
– Tu familia juega un papel muy importante en esta afición.
– “Siempre digo que si a mi padre no le gustase el mundo del automovilismo no estaría corriendo. Estaba cerca de mí cuando pasó lo de Iñaki. Me vio derrumbarme. Alguna vez me ha dicho que deje de correr, pero ya sabe que no voy a hacerlo. Es la persona que más me ayuda y me deja las instalaciones de Carrocerías Tudela para lo que haga falta.
Tengo un buen equipo a mi lado. Está Asier; Miguel, el telemetrista; Chus, el mecánico; y por supuesto mi padre. También están mi madre y mi hermana que vienen a verme todas las carreras, aunque sea en Sevilla. Y mi novia Andrea y su familia ¿Pasan miedo? Claro que sí, pero ven que disfruto. Entre todos formamos una gran familia. A todos les estoy muy agradecido”.

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