Inicio General «Cada belén que monto tiene una historia detrás»

«Cada belén que monto tiene una historia detrás»

15

jimenez1

Afirma la conocida belenista María Jesús Jiménez

Espectacular. Así se puede calificar el belén que desde hace tres décadas instala María Jesús Jiménez Madurga en el jardín de la entrada a su casa. Cada año la visitan cientos de personas.
– ¿Cuándo se inició tu afición por los belenes?
– “Desde siempre, desde que era niña. En casa de mis padres siempre se ponía el belén. Luego viví en la calle Fernández Portolés y lo ponía pequeño. Al trasladarme a mi actual casa disponía de mucho espacio en la zona del jardín. Empecé, poco a poco, con unas figuras blancas, sin nada más. Con el paso de los años fui aumentando el número de figuras y los edificios porque mi mayor ilusión era montar un gran belén.
Al principio tenía un poco de miedo porque las figuras estaban al aire libre y se podían deteriorar. Por esa razón las metía en casa y las sacaba. Pero decidí dejarlas y nunca pasó nada. Y así se armó el belén”.
– Las construcciones las realizas tú y las figuras las pintas.
– “Sí. He tenido un gran maestro, Paco Cascán, que para nosotros es también un excelente amigo, que me ha enseñado mucho sobre el arte del belén”.
– ¿Una vez que los recoges ya estás pensando en el siguiente montaje?
– “Eso nos pasa a todos los que tenemos esta afición. Hay años que los terminas de desmontar y ya le estás dando vueltas a cómo será el siguiente”.
jimenez2

– Has reproducido diferentes calles de Tudela.
– “Sí. Por ejemplo, mi barrio ha sido la calle Caldereros, y un año realicé un montaje con todo tipo de detalles. Vi gente llorando. Una señora me dijo que le hubiese encantado verlo a su marido ya fallecido. Todos los belenes los instalo con mucho sentimiento, creo que como hacemos todos los belenistas. En otra ocasión hice un pasaje de la calle Cortadores, donde estaba el Mesón.
También reproduje el pueblo de San Sebastián de Garabandal, situado en Cantabria, donde hubo apariciones. Es como Fátima, pero en pequeño. Llegué a ese pueblo al azar. Un año, antes de irnos de vacaciones, estaba mirando con la tablet y me apareció este pueblo. Pinché y vi toda su historia. Lo curioso fue que nos encontrábamos de vacaciones viendo una cueva y justo cuando estábamos cogiendo las entradas le preguntamos a la chica que más podíamos ver y nos dijo que al lado teníamos el pueblo de Garabandal. No me lo podía creer. Lo visitamos y estuvimos con una señora, con el cura, y otras personas. La Navidad de ese año reproduje en el belén ese pueblo. Yo soy muy afectiva y en ese tiempo una de las personas que quería tenía cáncer y dije que el pueblo de Garabandal iba dedicado a ella. Y se hizo entero, con su fuente, su lavadero… Fue algo muy especial”.
– En prácticamente todos tus belenes hay un recuerdo a una persona fallecida.
– “Sí. Por ejemplo, hay un abuelico que se hizo pensando en el padre de una vecina, que lo quería muchísimo. También hay otra figura en recuerdo del hermano de Jesús Marquina. Se ha ido incrementando cada año el belén pensando en personas que quieres, que han fallecido, como homenaje a ellas. Todos mis belenes tienen una historia detrás”.
– Tus montajes son visitados por personas de todas las edades.
– “Sí. Vienen muchos niños, papás y abuelos a verlo”.
– Y a los niños les obsequias con piruletas, chuches…
– “Siempre tengo algo preparado. Para mí la Navidad es muy especial. No lo puedo remediar”.
– El Portal siempre está situado en el lugar más destacado.
– “Sí. Es lo más importante. Esté en ruinas, metido en un sitio u otro…”.
jimenez3

– No te da pena que en muchos hogares no se instale el belén, algo tan nuestro.
– “Sí y con la instalación de este belén trato de que se recupere esta tradición. Los niños que vienen a verlo todos los años han cogido una gran afición al belén. Hablo mucho con ellos y me cuentan cómo van montándolo en sus casas y haciendo edificios con corcho y poliespán. Eso me agrada mucho. Han venido a verlo desde que eran chiquitines, hasta que se han convertido en hombres.
Hace seis años recibí una gran sorpresa. El día de Navidad, sobre las 6 de la tarde, cuando estaba anocheciendo, oí ruidos fuera. Eran 8 ó 9 chicos. Me emocioné mucho y uno de ellos me preguntó: ¿Ya no te acuerdas de nosotros? Y no los recordaba. Me respondió: éramos unos enanos cuando veníamos a tu casa a ver el belén y nos dijiste que teníamos que volver con panderetas o algún instrumento a cantarle al Niño Jesús. Y aquí estamos. Lo que nos pediste se ha hecho realidad. Fue una verdadera pasada. Esos niños se habían convertido en hombres hechos y derechos. Ese detalle me llegó al corazón”.
– El año pasado colocaste en el portal una rosa muy pequeña.
– “Sí. Una asociación de belenistas de España, cuyo presidente había fallecido como consecuencia del coronavirus, propuso a todos los belenistas que colocásemos una rosa en memoria de las personas que habían dejado este mundo por este virus. Y la puse con todo el cariño del mundo”.

Artículo anteriorExpo de la Asociación de Belenistas de Tudela
Artículo siguienteLa Navidad de la Asociación de Txistularis de Tudela