Profesor en el colegio Monte San Julián, fallecido a los 27 años
Alegre, divertido, responsable, comprometido, gran deportista y excelente profesor. Así era Héctor Vilellas, nacido en Tauste y que en el poco tiempo que estuvo en el colegio Monte San Julián (se incorporó este curso como interino) dejó huella.
Nos abandonó muy pronto, a los 27 años de edad. Era un apasionado del atletismo. El domingo 14 de noviembre, mientras corría la Behobia-San Sebastián, en el kilómetro 17, a tan solo cuatro de la meta, sufrió un paro cardiaco. Fue atendido por los servicios sanitarios y trasladado al hospital. Estuvo en la UCI, pero el miércoles 17 falleció.
Sus compañeros y alumnos le tributaron un cariñoso homenaje un día después en el patio del colegio. Niños y niñas realizaron diferentes manualidades (estrellas, pétalos de rosa, corazones…) que depositaron en el centro del patio. Los alumnos que tocan algún instrumento de viento y cuerda interpretaron el “Himno de la Alegría”. Más tarde, a través de la megafonía sonó la misma canción en la versión de su autor, Miguel Ríos. El tema fue cantado por todos porque querían recordarlo con la alegría que Héctor transmitía.
Quienes pudieron disfrutar de su compañía esos tres meses coinciden en destacar sus numerosas virtudes. Le apasionaba su profesión. Los alumnos le querían mucho. Estaba preparando las oposiciones. Era muy generoso. Sus órganos han sido donados.
El pasado curso estuvo unos meses en el colegio La Anunciata de Tudela haciendo una sustitución y dio clases a los presos en el centro penitenciario de Pamplona.
El domingo 21 se le despidió en multitudinario funeral en la iglesia de Tauste. El templo estuvo repleto, y amigos y familiares tuvieron palabras de cariño hacia él. Y el domingo 28 del mismo mes, “Raíces Taustanas’, grupo folclórico en el que bailaba, le tributó un cariñoso homenaje en la Casa de Cultura. Su pérdida ha significado un duro golpe. Descanse en paz.