“He llegado aquí gracias al
apoyo de equipo y mi familia”
“En esta empresa todos llevamos
a Transformados Ruiz en las venas”
Isabel Jiménez Malo se mostró muy emocionada por este premio y en su alocución agradeció profundamente el apoyo que ha recibido de sus trabajadores y sobre todo de su familia. Recordó los inicios de Transformados Ruiz y las dificultades que ha tenido que afrontar en su vida.
Su primer gran contratiempo llegó con el fallecimiento de su marido, Juan Carlos Ruiz, propietario de la empresa. “Mis hijos eran muy pequeños, Alba tenía 8 años y Alex apenas 3. Mis padres se vinieron a casa durante unos meses para ayudarme con los niños”, recordó esta mujer luchadora,vital, que no se amilana ante las adversidades. Por eso, sus primeros agradecimientos los dirigió hacia sus progenitores. “Habéis hecho lo más difícil y lo que más he necesitado: mostrar cordura en esos momentos de locura y desesperación.Agradezco cada momento de vuestro tiempo a mi lado”.
Con la tranquilidad de que su casa quedaba perfectamente atendida, el siguiente paso fue dedicarse a la empresa, de la que no tenía ninguna conocimiento. “Yo lloraba porque no sabía cómo empezar. Me apunté a un curso de ofimática y mi hija aún se ríe porque lo único que sabía hacer con el ordenador era jugar al solitario. Recuerdo que los primeros en llamarme para ofrecerme su ayuda fueron los de AER. Ildefonso Ibero, su presidente, me dijo que yo era una buena opción y que no necesitaba contratar ningún gerente. Le pregunté que si él contrataría a una excamarera y ama de casa para dirigir su empresa. Y se quedó zanjado el tema”.
Su siguiente paso fue buscar un gerente, que comenzó a trabajar en mayo de 2006, y en julio de 2007 montaron una empresa de paneles. “Todo funcionaba bien. Me hacía falta respirar, terminar mi duelo y este gerente y los años de bonanza me dieron el tiempo necesario para adaptarme a mi momento tanto profesional como familiar”.
En 2008 se apuntó a un curso de ANEL en Pamplona, Gerentes 10. “Para mí supuso un antes y un después. Comecé a aprender a mirar, a ver y a preguntar”, Pero llegó la crisis e Isabel Jiménez vio una “negra perspectiva para la empresa”. Por eso buscó ayuda en “gente especializada” y trazaron un plan estratégico porque “había que sacar esto para adelante”.
Realizó cambios, cerró la empresa de paneles, e intentó “adaptar la posición del gerente a su perfil, y no quiso. Así que le cesé en el cargo. Asumí el mando de la empresa y di forma al equipo. Se rediversificó el mercado, ampliamos sectores y apostamos por las personas y sus cualificaciones. Nos preparamos internamente y salimos a luchar”.
En 2011, en plena crisis, la empresa realizó “las inversiones más fuertes hasta 2017. “El tiempo dirá si fui una visionaria o una loca”, aseguró.
Transformados Ruiz se modernizó para conquistar nuevos mercados “siempre todos juntos”, porque tal y como recordó el “éxito de una empresa está en sus trabajadores. Gracias a ellos he llegado hasta aquí. Somos gente que llevamos a Transformados Ruiz en las venas”.
Isabel Jiménez también destacó a su familia, que siempre ha estado a su lado, sobre todo en los momentos más duros. “En 2012 llegó a mi vida Óscar, gran persona, buena gente, trabajador, con ganas siempre de ayudar. Nos casamos y además aportó dos hijos, Álvaro y Andrea”.
Se refirió al futuro de Transformados Ruiz y nombró a su hijo Álex, que si lo desea se hará cargo de la empresa. “Ha empezado a estudiar Mecanizado en la ETI, y le apasiona,” como su gran afición por las motos. “Está encantado”, pero le advirtió que si da el paso “empezará en la empresa desde abajo, como nosotros”.
De Alba, “mi chiquilla”, desveló que está estudiando Trabajo Social en la Universidad. “Tiene una cabeza bien amueblada y es muy trabajadora, pero en principio no quiere sabar nada de la empresa”.
No escatimó elogios hacia Álvaro y Andrea que están estudiando Instalaciones de Telecomunicaciones y Administración de Empresas, respectivamente. Estoy orgullosa de todos vosotros. Hemos pasado por momentos muy jodidos, pero lo superamos estando juntos”.
El discurso de Isabel Jiménez fue muy emocionante, pero sobre todo muy emotivo cuando se refirió a su hermana Marisa, actual gerente de Transformados Ruiz. “Eres mi hermana del alma. Empezó como administrativa en la empresa de transformados de paneles y cuando cerré me la traje a Transformados Ruiz. Me hacía falta una persona de confianza. Se ha formado y el puesto de gerente también lo ha sudado y mucho. Ha llorado conmigo, me ha consolado, abrazado y cuidado como nadie. Es mi fiel escudero que siempre ha estado a mi lado”.
Isabel terminó su intervención dirigiéndose a Uxúe Barkos y a los políticos presentes, a los que dijo con picardía que no se iba a “cebar con ellos”. Pero hábilmente y con un gran sentido del humor, criticó el poco apoyo que reciben los empresarios y las muchas trabas que soportan en su difícil camino diario. Les conminó a ser más realistas y ayudar a quienes como ella, con su esfuerzo y trabajo contribuyen a crear riqueza y bienestar.