Zardoya: «Creer en Jesús y en la Navidad es una gran alegría»
Ser cristiano es el mayor regalo que existe”, indica el sacerdote Jesús Zardoya.
– ¿Cómo hay que celebrar la verdadera Navidad?
– “La verdadera Navidad supone recordar y renovar el nacimiento de Jesús. No es solo un recuerdo. Cuando decimos que vamos a celebrar nuestro cumpleaños, recordamos nuestro nacimiento y lo celebramos como se debe.
Pero es que en la Iglesia, el recuerdo de Jesús en la Navidad no solo es el recordar sino que se hace presente el momento salvador en que vino al mundo. Jesús nació en Belén, y normalmente el paso del tiempo se va llevando todos los acontecimientos. Pero la liturgia cristiana, que esto tiene de Misterio, de celebración, rescata ese instante que se lo llevaría el tiempo y lo hace presente en medio de nosotros.
Es como la cruz de Jesús. Muere como cualquier hombre y el tiempo se lleva ese acontecimiento, pero la Iglesia en la misa rescata ese momento y lo hace presente en medio de nosotros. El Señor, en Navidad nos anuncia la paz: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Dios nos quiere y nos dice que nos ha nacido el Salvador”.
– ¿Qué tiene la Navidad para que haya muchas personas que dicen ser ateas pero que en esta etapa regresan a Jesús?
– “La Navidad no puede celebrarse sin tener presente a Jesús. Cuando nos anuncian que va a venir un amigo en tren y que va a traer regalos nos llevamos una alegría. Hay muchísima gente que al oír que viene Jesús y que trae regalos dice: a mí no me importa Jesús, me importan los regalos, que me los deje en la estación, que yo no salgo a esperarlo.
Esas personas, de Jesús tienen pocos recuerdos, pero sus regalos, que son la alegría, la fraternidad… hacen que a todos se les ponga tierno el corazón. Es como un espíritu que nos va calando a todos y que nos hace mejores. Las guerras se suelen parar en Navidad. Siempre hay algo en la Navidad que a nosotros nos toca”.
– Ser creyente es un regalo.
– “Sí. Nosotros, a veces, como somos alérgicos a leyes y normas, cuando comenzamos a ser cristianos parece que son todo cargas. Los padres nos mandan que vayamos a misa, a catequesis… No hagas esto, no hagas lo otro. Pero no es así.
Celebrar la Navidad y creer en Jesús es una ayuda. Es como que el Señor ha inventado una vacuna para que los hombres no nos odiemos, que nos amemos, que nos hacer ser alérgicos al odio, a ser malos.
Jesucristo es la vida. Despertamos, nos levantamos y pensamos qué de bien tengo que hacer hoy, a quién debo ayudar. Dios nos da esperanza de que hay vida eterna. Saber que estamos destinados a ir al cielo, siempre es un consuelo, una ayuda. Ser cristiano es una suerte, es una lotería. No cojas lotería que ya te tocó el premio gordo cuando te hiciste cristiano”.
