“Me encanta mi profesión”
Tiene 35,8 millones de seguidores en Instagram
Entrevista: Jesús María Montes-Fernández
Gigi Hadid es una de las jóvenes más influyentes del momento. En su cuenta de Instagram suma 35,8 millones de seguidores. Con tan solo 19 años se estrenó en las pasarelas para la firma española Desigual.
En 2015 desfiló por primera vez para Victoria’s Secret Fashion Show, En 2016 comienza a ser portada para diferentes revistas de fama internacional y se convierte en musa de su propia colección para Tommy Hilfiger llamada “TommyXGigi”.
Hadid, hija de una exmodelo, ha logrado en un tiempo récord hacerse un lugar propio en la industria de la moda y entrar en el ránking de las 10 modelos mejor pagadas del mundo en 2016, ingresando ocho millones de euros en un año, según Forbes.
Habitual de las mejores pasarelas internacionales viajó recientemente a Barcelona para presentar la colección de invierno de TommyXGigi, su tercera colaboración con este diseñador. Nos cuenta que le encanta formar parte del proceso creativo y aprender de todos esos grandes diseñadores que confían en ella.
“Me gusta aprender el motivo por el que los diseñadores crean una colección, qué quieren decir con una determinada campaña”, revela la modelo. “Me encanta ser parte del proceso creativo, porque de esta manera puedes crear imágenes increíbles. Como modelo tienes que aportar algo. Tú no eres simplemente alguien que se pone allí de pie, aunque haya mucha gente que piense que eso es en lo que consiste ser modelo. Me encanta trabajar con gente que es inspiradora, porque eso lo hace todo mucho más divertido”.
Gigi Hadid forma parte de ese fenómeno de modelos que han llevado los diseños de la pasarela a las redes sociales. Con más de 20 portadas de Vogue en su currículum, esta americana de 22 años, además de ser una supermodelo, es una prescriptora que marca tendencia en todo el mundo.
Durante su paso por España en pleno mes de la moda, descubrimos cómo es la vida de uno de los rostros más cotizados. “Cuando me levanto por la mañana en una ciudad como Nueva York hay mucha presión por mantener una buena imagen”, se sincera. “Soy humana, y no todos los días me encuentro bien. Es como que estoy aburrida de mi propia cara. No sé ni cómo llevar el pelo diferente cuando salgo por la puerta. Todos los estilismos que llevo cada vez que salgo a la calle son juzgados, publicados en todos los sitios. Así que es bueno tener un lugar donde escapar de todo eso”.