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Catedral de Tudela

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La joya de Tudela

RECORRIDO POR LA CATEDRAL

El edificio más emblemático de Tudela es la Catedral de Santa María. Declarada Monumento Nacional desde 1884, fue construida en el S. XII sobre la mezquita mayor. La seo, que fue antigua colegiata del municipio, comenzó a construirse hacia el año 1180, siguiendo las normas de la arquitectura cisterciense y aprovechando los restos de una antigua mezquita.


Tiene tres puertas de acceso. La portada del Sur o de la Virgen, es la más antigua y es románica; los capiteles de sus columnas representan los milagros de Cristo. Más tardía, aunque románica, es la portada Norte, llamada de Santa María. La tercera y más vistosa es la portada del Juicio Final. Mezcla de románico y gótico, presenta una decoración espectacular: escenas del Génesis y del Antiguo Testamento, y la representación del Juicio Final. A la izquierda el Paraíso y los premios para los justos, y a la derecha el infierno y los pecados.
Bajando unas antiquísimas escaleras se accede al interior del edificio. Enfrente se encuentra el trascoro, donde llaman la atención dos enormes murales que representan escenas del juicio final. Destacan las figuras de los profetas Oseas y Enoc.
Siguiendo por la izquierda la capilla de San Antonio ocupa un hueco de la torre levantada en el siglo XVII. A escasos pasos se erige el batisterio, que alberga una pila bautismal del siglo XVI. Más adelante el visitante se quedará deslumbrado al encontrarse con la capilla de Santa Ana, que goza del mayor número de visitas por tratarse de la patrona de Tudela.
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En la capilla de la Dolorosa descansan la imagen de la titular y el Cristo de la Cama, que yaciente lo protege una urna de cristal.
A continuación se halla la puerta norte, conocida como de Santa María o de la Plaza Vieja. Tiene un arco ligeramente apuntado, con tres capiteles con figuras que representan el bautismo de Jesús, el festín de Herodes, la decapitación de San Juan, San Martín partiendo su capa para un desamparado o Jesucristo entre dos ángeles. Seguidamente nos encontramos con dos capillas, la primera dedicada a San Martín y la segunda a Santa Catalina.
En el centro sobresale la capilla mayor donde los ojos del visitante quedan desbordados por un magnífico retablo gótico del siglo XV. Enfrente se halla el coro, colocado en el centro de la nave principal. Para su construcción se utilizó sólo roble de la montaña de Navarra.
A la derecha se ubica la capilla de San Juan Evangelista, que cobija la imagen de la Virgen Blanca y más adelante la de Nuestra Señora de la Esperanza, (uno de los rincones más valiosos de la catedral), protegida por una magnífica reja de mediados del siglo XV, de hierro forjado. La capilla contiene un bellísimo retablo gótico de la Virgen. A mano izquierda se halla el sepulcro de Mosén Francés de Villaespesa, y su esposa la tudelana Isabel de Ujué. El primero adquirió gran protagonismo durante el reinado de Carlos III. Llegó a ser el principal consejero del rey y su amigo íntimo. Posee restos de policromía prácticamente intactos.
A escasos metros se levanta la puerta del Portal o de la Virgen, dotada de un arco de medio punto, rodeado de arquivoltas que descansan sobre tres capiteles con decoración figurativa (Jesús sobre las aguas, entrega a San Pedro de las llaves, Santo Tomás introduciendo sus dedos en la llaga, los apóstoles y la aparición de Jesús a éstos). La capilla del Espíritu Santo, de estilo barroco, contienen bóvedas con adornos florales y de personajes sacros. Se aprecian las figuras de San Judas Tadeo, San Mateo, San Simón y San Matías. Su pequeña sacristía muestra parte de la muralla árabe que rodeaba la ciudad.

La catedral es una de las joyas artísticas más importantes de Navarra. El templo se levanta majestuoso en el corazón de la ciudad, en pleno casco antiguo. Está protegido por un entramado de calles estrechas, que esconden también la historia de la ciudad. La seo ha sido testigo del silencioso devenir de los siglos y el trasiego de sus vecinos que orgullosos no dudan en enseñar a los visitantes las maravillas que esconde en su interior.
El Claustro
Está separado de la catedral, aunque unido por un paso. Tiene una planta regular; sus lados norte y sur miden 18 metros, con 9 arcos y los del este y oeste 24 metros con 12 arcos cada uno y todos de medio punto. Los grupos de columnas tienen un solo capitel historiado y labrado en sus 4 caras, en los que abunda la hoja de palmera como fondo o partición de escenas, lo que parece indicar que fueron artífices mudéjares los que en él trabajaron. Los capíteles tienen la forma de pirámides truncadas e invertidas.
En el muro nordeste del claustro se halla la capilla mudéjar de la Escuela de Cristo, en la que se supone que estuvo la sinagoga mayor.
En la actualidad está en fase de una profunda restauración.
Altar Mayor
Cuenta con numerosas imágenes, hornacinas y columnas. Consta de 17 bellas tablas históricas de la vida de Jesús y María, otras 8 que representan a los profetas, dos más en las primitivas puertas de San Pedro y San Pablo y 12 medallones representando a los doce apóstoles. Es de un valor artístico incalculable.
Capilla de Santa Ana
Es la dependencia más visitada por cobijar a la patrona de Tudela. El frontis se ornamenta con una verja de bronce, sobre zócalo de mármol y sobre ella la efigie de San Miguel con el demonio a sus pies. En el interior están los 4 Evangelistas y los 4 Doctores de la Iglesia, además de los 8 reyes de Israel.
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El Coro
Consta de 86 sillas corales. De estilo gótico florido, el frente que respalda las sillas de arriba se halla tallado con ornamentación diversa: follajes, animales fantásticos, ángeles y bustos trabajados por el escultor Esteban de Obray, quien realizó también el coro de la catedral de Pamplona y trabajó en el del Pilar de Zaragoza. Sobre el coro se halla el órgano de 1759.

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